domingo, 11 de julio de 2010

La comuna de Acha llamaría a plebscito para instalar Fiasa

Mientras la intendenta de General Acha, María Elena García, quiere dar vuelta la ordenanza contra Fiasa con una consulta popular, los otros intendentes del sureste provincial pugnan para ser bendecidos con la radicación de la planta fabril. Ayer, terminada la presentación de los informes, intendentes y concejales se turnaron para presentarse ante Alfonso Silva, presidente de la firma, y expresarle su interés en la industria.
"Esto es realmente lo que estábamos esperando, lo que necesitábamos", afirmó María Elena García luego de escuchar a los expositores. "Necesitábamos tener un informe fehaciente, porque todo lo que decíamos, se tocaba de oído. Lo lamentable es que hoy aquí no esté la gente que dijo que no. Yo no vi a nadie", planteó.
Esa ausencia "es lamentable y nos corrobora que era el no por el no", reflexionó. "Yo voy a lamentar mucho si Fiasa no se llega a instalar en General Acha, pero creo que no está dada la última palabra, creo que tenemos que luchar nuevamente, porque la gente fue engañada con mentiras, con sustos, con argumentos falsos".
Cuando se le preguntó si pensaba habla con los concejales, García dijo que era una posibilidad, pero que la que tiene más presente es la de llamar a una consulta popular. Ese plebiscito serviría para conocer la opinión de un número más representativo de vecinos y así forzar, si correspondiera, un cambio en la ordenanza que le dijo que no a Fiasa.

Cartel.
Norma Ortiz (Unión Vecinal Achense) fue la única concejal que a principios de año no avaló el rechazo a Fiasa. "En ese momento muchos me abuchearon pero otros me felicitaron", recordó la edila. Ayer, tras escuchar los informes, confesó que "ahora estoy muchísimo más confiada de lo que estuve en aquel momento" en que había que esperar estos resultados. "Esto me clarifica todo y me da una tranquilidad mucho mayor", acotó.
Ortiz consideró que el error fue "dejar crecer el no" a la fábrica y se lamentó que ese rechazo sea algo así como "colocar un cartel a la entrada de la localidad que diga 'acá no". Al igual que la intendenta, estimó que aún hay margen para revertir la situación y lograr que Fiasa desembarque "en nuestra querida localidad de General Acha".

Acelera.
Otro de los intendentes que estuvo presente en Vialidad, fue Jorge Cabak, de Macachín. "Por supuesto que a Macachín le interesa la industria", respondió, contundente, el jefe comunal cuando dialogó con la prensa al terminar las disertaciones. Si bien la radicación está sujeta a decisiones políticas, Cabak anticipó que hará todo lo que esté a su alcance para llevarla a su localidad.
"Sin menospreciar a los demás intendentes, mi intención es tratar de acelerar el proceso, siempre y cuando el Ministerio me lo permita. Voy a tratar de que nosotros, teniendo una industria como la sal tan cerca, podamos ser uno de los beneficiados con este tipo de industria", concluyó.

Los estudios dieron resultados favorable
Los estudios técnicos sobre el proceso industrial de la fábrica química Fiasa y del volumen de agua que demandará, confirmaron que la planta que se iba a instalar cerca de General Acha no producirá residuos peligrosos ni contaminantes, y que no agotará las napas de esa zona del Valle Argentino. Los informes aventaron las dudas y potenciaron el interés del gobierno provincial en concretar la radicación de la fábrica, y de muchos intendentes de que sea en sus localidades.
Con el auditorio de Vialidad Provincial colmado de interesados, ayer por la mañana se concretó la presentación de los estudios técnicos que el Ministerio de la Producción y la misma empresa Fiasa encargaron para satisfacer requerimientos de información específica que había realizado la Subsecretaría de Ecología en el marco de la Evaluación de Impacto Ambiental sobre el proyecto fabril. El ministro de la Producción, Abelardo Ferrán, el subsecretario de Industria y Comercio, Fabián Bruna, y el presidente de Fiasa, Alfonso Silva, fueron los encargados de presentar a los exponentes y explicar el motivo de la convocatoria. Luego expusieron los autores de las investigaciones.
Entre los oyentes se encontraban intendentes, concejales y funcionarios municipales de las localidades de Ataliva Roca, Macachín, Rolón, La Adela, General Acha, Santa Rosa y Doblas; responsables y técnicos de organismos gubernamentales como la Administración Provincial del Agua, la Subsecretaría de Recursos Hídricos, la Subsecretaría de Hidrocarburos y Minería, y la Dirección Provincial de Vialidad; directivos de Aguas del Colorado, de cooperativas de servicios y de organizaciones ambientales como la Fundación Chadileuvú y la Asociación Alihuén. También hubo empresarios, comerciantes, docentes universitarios y los diputados Adrián Peppino, Alfredo Schanton, Jorge Feliú, Hugo Pérez y Juan Carlos Vittone.

Proceso.
La primera exposición estuvo a cargo de Héctor Macaño, de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional. El ingeniero químico estudió el proceso industrial, sus productos principales, subproductos, residuos y servicios complementarios.
Macaño trazó primero un pantallazo de la industria química en general. Señaló que se trata de una industria de alta penetración en la sociedad, con mucha inversión de capital, con una alta demanda de energía y una importante generación de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos.
Para el caso de Fiasa, su propuesta para La Pampa es la producción de soda cáustica como producto principal, y ácido muriático (ácido clorhídrico), cloruro de calcio y agua lavandina (hipoclorito de sodio), como subproductos comerciales. La materia prima es la sal (cloruro de sodio) que se obtiene en las salinas del sureste de la provincia. La planta producirá dos residuos: barros con una alta concentración de iones y el "agua de rechazo". En el caso de los barros, acumularán el precipitado de las impurezas y deben ser eliminadas del proceso. Para esa precipitación, la empresa había propuesta utilizar sales de bario, pero fue objetada por cuestiones ambientales. La firma reemplazó las sales de bario por otro tipo de sales y con ello eliminó ese riesgo ambiental. Con este cambio, resaltó Macaño, estos barros pueden depositarse en los rellenos sanitarios de cualquier localidad, ya que son equivalentes a cualquier residuo sólido urbano. De hecho, aseguró, su peligrosidad es menor a muchos elementos que van a parar a esos rellenos.
Al finalizar su exposición, uno de los presentes lo consultó por el volumen de esos barros. Macaño comparó entre el volumen de entrada de materia prima a la fábrica y el de salida. Según dijo, si cada día entran a la fábrica 10 camiones cargados de sal, el volumen de barros sería equivalente a un camión mensual.
El otro residuo es el agua de rechazo, es decir el volumen de agua que deja el proceso de ósmosis inversa con el cual se depura el líquido a utilizar en el proceso químico. La intención de la empresa es utilizarla en el riego de plantaciones de olivos. ¿Por qué olivos? preguntó uno de los presentes. Porque es la experiencia que con buenos resultados se está desarrollando en otras instalaciones de Fiasa. Se podría utilizar cualquier otro cultivo que sea apropiado a la zona y a los suelos del lugar.
La posibilidad de un escape de cloro en estado gaseoso fue consultada por otro oyente. El especialista dijo que es un riesgo ya que la etapa en que el cloro se presenta en ese estado es muy pequeña dado que rápidamente se lo mezcla con hidrógeno para formar ácido clorhídrico. Igualmente, aclaró que si hubiera un escape, no superaría los límites del predio de la fábrica.

Conclusiones.
Las conclusiones que dejó Macaño fueron que la planta generará un importante número de puestos de trabajo, fijos y permanentes, con impactos ambientales controlados y minimizados, que requerirá una importante inversión de capital, incorporará valor agregado a la producción primaria de la provincia y promoverá el desarrollo regional.
Como corolario principal, y para aventar dudas y temores, Macaño resaltó que los residuos del proceso industrial de Fiasa tendrán "un destino claro, fijo, controlado y conocido".

Acuífero.
Luis Vives y Carlos Schulz detallaron el estudio sobre el acuífero del Valle Argentino en esta zona de la provincia y el consumo que demandaría la empresa, desde su etapa inicial hasta el momento en que se encuentre a pleno funcionamiento.
Los investigadores dejaron en claro que el consumo de agua bajo ningún punto de vista "agotará" el recurso -como llegaron a decir quienes se opusieron a la fábrica- y que la demanda sólo producirá un "pequeño abatimiento" en el nivel de las napas donde se ubiquen las perforaciones.
De cualquiera manera, reiteraron Vives y Schulz, no afectará ni la cantidad y la calidad del recurso. Tampoco incidirá en el movimiento de agua hacia las zonas de descarga del valle -lagunas y bajos-, que sólo recibirán un poco menos de agua.
Los especialistas hicieron notar que el lugar donde se pensaba instalar la fábrica -al costado de la pista del Autódromo- es una zona de agua de mala calidad, no apta para consumo humano y tampoco para el ganado.
Tras confirmar que el desarrollo de la planta no dañará al acuífero, Vives y Schulz propusieron implementar un sistema de monitoreo ante eventuales situaciones de contaminación. Se trata de perforaciones ubicadas a diferentes distancias de la fábrica y dotadas de sensores muy precisos. Estos sensores detectan cambios en la composición química y en caso de situaciones anómalas, emiten una alerta.
En relación a la composición del agua, el estudio determinó también la "línea ambiental de base" para el agua de la zona. Esto es una matriz de datos para conocer las características del agua, sus cambios estacionales, y así establecer, en un futuro, si hay variaciones en la composición química, si son naturales o producto de agentes extraños.
Las conclusiones de Vivas y Schulz fueron que la provisión de agua a la fábrica no tendría inconvenientes ya que el acuífero tiene características para satisfacer la demanda prevista y que el área de afectación de las napas para esta planta no llegaría hasta cercanías de General Acha.

Producción escucha ofertas
Confiado de avanzar con paso seguro, el Ministerio de la Producción concederá un lapso estimado de un mes para que se genere "un pequeño debate social" sobre la instalación de Fiasa en la provincia y luego decidirá en qué lugar se instalará. "Vamos a ver cuál es la oferta de solicitudes de radicación", anticipó el ministro Abelardo Ferrán. El presidente de la firma reiteró que siguen interesados en asentarse en La Pampa y destacó que la firma cumple las más estrictas normas de seguridad y procedimientos.
"Ya dimos este paso que habíamos comprometido de mostrarle a la comunidad los resultados de estos estudios", sostuvo ayer ante LA ARENA el ministro. "El segundo paso es hablar con los intendentes interesados, muchos de ellos están acá presentes con sus concejales, y analizar en función de la aceptación por parte de los jefes comunales la importancia de este emprendimiento para desarrollar su localidad".
Luego de analizar "la oferta de solicitudes de radicación", el gobierno provincial y la empresa seleccionarán la mejor ubicación para la planta. "La óptima está relacionada con la distancia a los yacimientos para proveerse de sal, la infraestructura de energía eléctrica y la disponibilidad de agua".
-¿Con estos informes, desapareció ese fantasma de que la empresa era un peligro para el ambiente?
-Yo creo que si, esperemos a ver cómo sigue. Creo que esto va a generar un pequeño debate social, que se va a traducir en manifestaciones a través de los medios periodísticos. Nuestra idea es esperar a ver cómo reacciona la población en general, la de General Acha y de otras localidades, porque somos respetuosos de la opinión de los pampeanos.
-En Ecología archivaron el expediente original. ¿Habrá que empezar de nuevo?
-Exacto. Cuando se decida la nueva localización, habrá que hacer un estudio nuevo, específico para ese lugar, fundamentalmente en la utilización del recurso agua. El otro ya está desarrollado.

Interesados.
En sus declaraciones a la prensa y en la breve exposición que hizo ante los presentes, el presidente de Fiasa, Alfonso Silva, reiteró que la firma no ha abandonado su intención de levantar una planta en territorio pampeano. En respuesta a quienes advierten por los peligros de contaminación de este tipo de industrias, señaló que su empresa cumple con la norma ISO 9.000 y está haciendo los trámites para cumplir con la ISO 14.000.
Destacó que la instalación de la planta será una forma de darle valor agregado a la producción primaria de la provincia, en este caso el cloruro de sodio que se cosecha en muchas salinas del territorio provincial y señaló que la demanda será de unos 10 camiones diarios de sal.
En las preguntas posteriores, Silva fue consultado por el destino de la producción. Comentó que será principalmente para abastecer el mercado interno dado que el mercado externo está equilibrado. Destacó que un mercado importante es Brasil, donde la calidad de la producción argentina le da un valor adicional. Sin embargo, aclaró, los costos de traslado deben analizarse con mucha cautela ya que pueden hacer inviable la operación económica.
Sobre una demanda anual de 340.000 toneladas de estos productos químicos, la futura fábrica pampeana tendría una producción de 20.000 Tn anuales
Fuente: Diario LA ARENA

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